Los aditivos en la alimentación animal siguen el reglamento de la comunidad europea número 1831/2003 (de ahora en adelante, Reglamento CE nº 1831/2003). Esta regulación se crea para garantizar la protección de la salud humana y mejorar así, la trazabilidad de los productos. Junto a este, el otro objetivo es la protección de los animales para que su alimentación sea adecuada y de calidad, sin productos con contenidos de origen dudoso. Por ello, se ha procedido a revisar las normas que regulan los aditivos en la alimentación animal para la mejora de la salud animal y humana y la protección del medio ambiente.
Según el Reglamento CE 178/2002, los “aditivos en la alimentación animal” pueden ser definidos como “sustancias, microorganismos y preparados distintos de las materias primas para piensos y de las premezclas, que se añaden intencionadamente a los piensos o al agua (…)”. Cuando se quiera sacar un aditivo al mercado, será necesario rellenar la pertinente autorización para que sea revisado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, y ésta, a continuación, lo admita o lo rechace, en un plazo máximo de seis meses después de la recepción.
Los aditivos en la alimentación animal se clasifican de acuerdo a diversas categorías dependiendo de sus funciones y propiedades en:
Aditivos tecnológicos: Se utilizan intencionadamente en la elaboración del pienso para lograr un objetivo “tecnológico”. Entre algunos de estos aditivos destacan los conservantes, los antioxidantes y los espesantes entre otros.
Aditivos organolépticos: Formados principalmente por colorantes y aromatizantes para mejorar la palatabilidad, el aroma y la desnaturalización.
Aditivos nutricionales: Son aquellos que sirven como complemento de vitaminas y proteínas. Tienen limitado el contenido de algunos nutrientes para no superar los límites máximos de los piensos compuestos.
Aditivos zootécnicos: Mejoran la productividad de los animales sanos además de influir positivamente en el medio ambiente. Se clasifican en cuatro subcategorías: digestivos, estabilizadores de la flora intestinal, sustancias que influyen beneficiosamente en el medio ambiente y otros aditivos zootécnicos.
Coccidiostáticos e histomonóstatos: Son antibióticos incorporados a los piensos para prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades. Éstos, deben ser retirados antes de la puesta o sacrificio del animal.
Para más información sobre los aditivos en la alimentación animal, consulta el (Doue 2003 268 L 00029 - 00043).
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