Anemia canina

Al igual que los seres humanos, los perros también pueden padecer anemia. Esa deficiencia en el nivel de glóbulos rojos puede tener diversos orígenes, como por ejemplo, la incapacidad del cuerpo para producir cantidades suficientes de glóbulos rojos, la pérdida de sangre, algunas enfermedades o ingesta de ciertos medicamentos que alteren la producción de los glóbulos rojos. Los síntomas son similares a los nuestros. Se sienten cansados y apáticos.

Los tipos de anemia canina más frecuentes son:

-Anemia hemolítica inmunomediada: Es la causa más común de anemia en los perros. Los anticuerpos confunden a los glóbulos rojos con agentes externos por error, y les atacan, destruyendo así una gran cantidad de glóbulos rojos.

- Anemia hemolítica congénita: Es la anemia producida por causas genéticas como resultado de una anomalía en la estructura de los glóbulos rojos, lo que hace que su duración sea mucho menor.

-Anemia por pérdida de sangre: Otra causa que produce anemia es la falta de sangre en el organismo. Esto puede deberse a hemorragias, trauma, pulgas y tumores en el intestino entre otros.

Si la anemia no es muy acentuada, normalmente el veterinario recetará suplementos vitamínicos con hierro para estimular al cuerpo del canino a producir glóbulos rojos. En cambio, si la anemia es muy severa y persiste en el tiempo, se recurrirán a tratamientos más fuertes como transfusiones de sangre o plasma.

Para prevenirla o que sus síntomas no se incrementen con el paso del tiempo, es necesaria una alimentación sana y equilibrada. Verduras trituradas como patatas, zanahorias, espinacas calabacín o guisantes aportan una gran cantidad de nutrientes y mejoran el nivel del hierro en sangre. Además una dieta equilibrada hay que combinarla con ejercicio regular. En caso de que no se pueda seguir una alimentación sana y/o práctica habitual de deporte, será necesario que su perro ingiera suplementos multivitamínicos para la prevención.