La panleucopenia felina

¿Qué es?

La llamada panleucopenia felina es una enfermedad de carácter vírico altamente infecciosa, la cual, puede llegar a ser mortal hasta en un 90% de los casos. Tiene su origen en un parvovirus muy resistente a casi cualquier entorno. El contagio se produce de manera directa a través de la ingesta, por contacto directo, bien a través de heces de algún otro gato infectado, o bien a través de diversos elementos del hábitat previamente contaminados por otro felino.

La panleucopenia felina mata a las células pertenecientes a la médula ósea y los intestinos. En el caso de gatas embarazadas, este parvovirus afecta a los fetos, impidiendo su correcto desarrollo. Afecta, por tanto, al sistema digestivo y a los glóbulos blancos. Normalmente el gato infectado suele experimentar vómitos y fiebre. También sufre de gran deshidratación y anemia, además de una drástica reducción del nivel de glóbulos blancos en la sangre.

¿Cómo prevenirla?

Los gatos jóvenes (normalmente menos de un año) son los más propensos a padecer la enfermedad. Como en muchas ocasiones con otras enfermedades infecciosas, la mejor manera de prevenirla es mediante la vacunación.

La vacunación para prevenir la panleucopenia felina debe realizarse en gatos mayores de 4 semanas de edad. Si se vacuna a gatas en proceso de gestación o gatitos de menos de 4 semanas, puede derivar en malformaciones neurológicas.

En caso de que se note que el felino pudiera padecer la enfermedad, existen tests para detectar el antígeno de la panleucopenia, y así poder actuar lo antes posible contra este virus.

¿Existe cura?

Sí, pero es bastante compleja. Un gato infectado con el parvovirus de la panleucopenia suele requerir hospitalización, por lo menos dos semanas. Además, tiene que estar totalmente aislado del resto de gatos, ya que la enfermedad es altamente contagiosa.

Durante la hospitalización, se trata al felino con diferentes antibióticos y líquidos para reducir la deshidratación. En casos muy extremos se realizan transfusiones de sangre para tratar la anemia.

Las probabilidades de sobrevivir al virus se incrementan en gran medida si el gato sobrevive los primeros cinco días. En felinos menores de 8 semanas, las probabilidades de supervivencia son prácticamente nulas, ya que todavía no tienen suficiente fuerza para sobrevivir a la enfermedad.